La fiesta del Aguinaldo, Fiesta declarada de Interés Turístico Regional, sigue celebrándose con gran vistosidad y alta participación en Beleño donde varias decenas de aguinalderos o mozos a caballo cantan y piden el aguinaldo por todas las casas de la vecindad, al mismo tiempo que desean salud y prosperidad a sus moradores. La fiesta comienza en la madrugada del año nuevo con el sorteo de los mozos y mozas, de donde surgen las parejas con la obligación, por parte del varón, de obsequiar un regalo a la moza (unas cintas para el pelo o un adorno) y la correspondencia femenina de una merienda.
Pero lo que les chiflará a los peques ocurre al mediodía del primero de enero: se reúnen los mozos con sus caballos engalanados y, de entre ellos, surge la figura del guirria, personaje mitológico vestido de azul y grana, cubierto con careta y capirote, que suele aparecer de
repente, corriendo, ayudándose de un gran palo para saltar por les
caleyes del pueblo. Aunque en origen su vestimenta eran unas pieles de
oveja, desde hace décadas viste
un traje arlequinado, en chillones colores, azul y naranja. Lo que
conserva es su enorme barba negra y un capirote, un sombrero en punta
con los mismos colores. En su cintura, un zurrón lleno de ceniza, que
utiliza para tiznar a los hombres que se encuentren en su camino y que
traten de defender a las mozas, que son su objetivo. Porque es misión de
El Guirria besar a todas las que se encuentre, y se le permite entrar
en todas las casas por si hubiese alguna escondida. Bien entrado el
siglo XXI, es cierto que en ocasiones son ellas las que le persiguen a
él, pero antaño había padres y hermanos que trataban de velar por la
honorabilidad de las mujeres de la casa y se recuerdan algunos
encontronazos.
Unos segundos nada más de esta fiesta, venga:
Unos segundos nada más de esta fiesta, venga:
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